La vida desde luego no es fácil
Echa tu carga sobre el SEÑOR, y él te sostendrá. (Salmos 55:22 RVA2015)
A veces las batallas que libramos en el mundo pueden hacérsenos muy penosas y descomunales. Es más, hay casos en que en efecto son penosas y descomunales.
¡La vida desde luego no es fácil para ninguno de nosotros! De todos modos, hay que tener presente que si se comparan con las angustias, la abrumadora soledad y desánimo, la desesperación y falta de amor y de una razón para vivir que afrontan muchas personas que no conocen al Señor, que no se aferran a la promesa de una eternidad con Dios, ¡nuestros problemas parecen menos graves!
Como somos hijos de Dios, disfrutamos la bendición de la compañía constante de Su Espíritu y de la cercanía de amigos y seres queridos que comparten nuestra fe. Confiamos en el amor incondicional del Señor y sabemos que aunque cometamos muchos errores, siempre podemos contar con Su perdón en tanto que acudamos a Él y se lo pidamos.
Muchos no hemos aprendido todavía a no sucumbir a los sentimientos de culpabilidad, remordimiento y condenación, a pesar de nuestro conocimiento del perdón y amor incondicional del Señor, pero estamos aprendiendo, y por fe, sabemos que no debemos estar abrumados por sentimientos de culpa, rencores, remordimientos y condenación. «Ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús. —Maria Fontaine [1]
La gema no puede pulirse sin fricción, ni el hombre perfeccionarse sin dificultades. —Proverbio chino
[1] Áncora Bendito serás más que todos los pueblos