Jesús quiere que los cristianos seamos reflejo de Él
Ustedes son la luz del mundo… Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos. (Mateo 5:14,16 RVA-2015)
Oí una vez a una persona decir que los cristianos deberíamos ser termostatos, no termómetros. Al ver mi desconcierto, me lo explicaron.
Un cristiano termómetro es aquel cuya temperatura se ajusta constantemente a las circunstancias en las que se encuentra. Ese tipo de persona es capaz de evaluar el entorno y ajustar su modo de presentarse para llegar mejor a la gente. Por otro lado, un cristiano termostato es aquel que influye en su entorno, marcando la diferencia para bien.
Está claro que debemos tener un efecto en nuestro entorno —proyectar la luz y el amor de Dios al mundo—, pero es muy importante que lo hagamos con la motivación de glorificar y enaltecer a Jesús, no con ánimo de demostrar que nuestra fe o religión nos hace mejores que otras personas. No olvidemos tampoco que todos los buenos termostatos incluyen también un termómetro.
Es preciso que seamos capaces de evaluar acertadamente las situaciones para ver cómo podemos transmitir mejor la buena nueva a la gente y glorificar a Dios. Creo que Jesús quiere que los cristianos seamos reflejo de Él: humildes, facilitando Su amor.
Creo que se podría afirmar que Jesús se adaptó radicalmente a Su entorno humano para que quienes lo rodeaban pudieran identificarse con Él. Al mismo tiempo, sin embargo, generó una enorme fuerza para bien al propiciar un cambio en cada circunstancia en la que se encontraba. —Simon Bishop [1]
Es increíble lo que Dios puede hacer con lo que se perfila tan pequeño, como ustedes y yo. —John M. Sheehan
[1] Conéctate ¿Termostato o termómetro?