Jamás sabríamos cómo

Entonces invocarás, y el SEÑOR te escuchará. Clamarás, y él dirá: ‘¡Aquí estoy!’. (Isaías 58:9 RVA2015)

 Al parecer son bastantes las personas que la pasan mal porque no sienten una cercanía con  Jesús. ¡Piensan que no deben de estar cerca del Señor simplemente porque no se sienten cerca de Él!
 La Biblia deja muy en claro que debemos andar por fe y no por vista. Si empezamos a confiar o apoyarnos demasiado en nuestros sentimientos como indicadores de qué tal nos va espiritualmente, nos volveremos muy inestables. Seremos como las olas del mar, arrastrados por el viento de los sentimientos y echados de una parte a otra. Jamás sabríamos cómo estaremos al día siguiente porque eso solo se decidiría cada mañana al levantarnos.
 Sin importar cómo podamos estar sintiéndonos, si amamos al Señor y andamos por fe, y si procuramos obedecer Su Palabra, sabremos que nuestra relación con el Señor es firme. Y sabremos sin lugar a dudas que Su amor por nosotros es inmutable, inalterable. Él nos dice: «Te he amado con un amor eterno». «Aunque la tierra sea removida y se traspasen los montes al corazón del mar». «No te dejaré ni te desampararé».  —María Fontaine [1]

 Hay dos formas de responder a los silencios de Dios: una respuesta consiste en sumirse en la depresión, la culpa y el remordimiento. La otra respuesta consiste en esperar que Dios le dé a uno una comprensión más profunda de Su persona. Estas respuestas son tan diametralmente opuestas como lo es la noche del día. —Henry Blackaby

[1] Áncora Cuando Dios calla

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