Es una historia de amor

Porque tu marido es tu Hacedor; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. Tu Redentor, el Santo de Israel, será llamado Dios de toda la tierra. (Isaías 54:5 RVA2015)

 Aunque la Biblia se compone de 66 libros, diversos comentaristas observan que en realidad se trata de un solo libro con un hilo conductor nítido. Es una historia de amor.
 Este idilio se inicia «en el principio» cuando Dios creó al hombre y la mujer. Los concibió tal como quería, les insufló el hálito de vida y enseguida admiró la obra de Su creación: ¡Es buena en gran manera! dijo.
 Desgraciadamente el hombre y la mujer optaron por rechazar el ofrecimiento de una relación íntima, perfecta y eterna con Él, y prefirieron alejarse y sumirse en el egoísmo y el pecado. A lo largo de las edades hemos probado toda suerte de recursos para recobrar el sentido de realización que nos brindaba esa intimidad perdida, pero nada nos satisfacía. Al final, aunque fuimos nosotros los que le dimos la espalda a Dios, fue Él quien inició la reconciliación. Movido por Su inagotable amor, sabía que no existía sino una solución. Pese al enorme costo que representaba, buenamente decidió enviar a Su propio hijo para conducirnos de regreso a Él.
 ¿Qué significa eso para nosotros? Que el cristianismo no es una religión ni un rosario de reglas. Cristianismo es sinónimo de relación, y no una cualquiera, sino un matrimonio, que implica necesariamente intimidad, transparencia, comunicación abierta y sueños, metas y deseos compartidos. —G. García Valdivieso [1]

 Toda la paz y el favor del mundo no son capaces de sosegar un corazón atribulado; por otra parte, todas las turbulencias y la inquietud del mundo son incapaces de alterar la paz que nos concede Cristo. —Robert Leighton (1613-1684)

[1] Conéctate Una historia de amor

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