Deja que Él sea la fuente de tu alegría

 El Señor ha hecho grandes cosas por nosotros, y eso nos llena de alegría. (Salmo 126:3 RVR1995)

 Es importante recordar que Jesús es la fuente de nuestro gozo. Conocerlo a Él, permanecer cerca de Él y de Su Palabra, estar llenos del Espíritu Santo y vivir en obediencia a nuestro llamamiento puede infundirnos un gozo que no dependerá de las circunstancias.
 En el Salmo 43:3 leemos lo siguiente: Envía Tu luz y Tu verdad, que ellas me guíen. Que me lleven a Tu monte santo, al lugar donde vives (NTV). [El salmista] buscó a Dios y de ahí se comprometió a alabar y confiar en Él pasara lo que pasara, que es precisamente lo que leemos en el próximo versículo: Allí iré al altar de Dios, a Dios mismo, la fuente de toda mi alegría. Te alabaré con mi arpa, ¡oh Dios, mi Dios! (Salmo 43:4 NTV).
 A pesar de su congoja y emociones avasalladoras, el salmista hace memoria de que Dios en verdad es su único auxilio y que Dios siempre estuvo ahí y nunca lo abandonó, ni siquiera cuando así lo parecía.
 Si tienes la impresión de que Dios o los demás te han olvidado, haz que tu esperanza cobre fuerza y tu gozo reviva creyendo con intencionalidad que Dios nunca te desamparará y que permanece siempre a tu lado. Hazte el compromiso de enfocarte en la presencia de Dios y los favores que te ha concedido, y deja que Él sea la fuente de tu alegría. —Peter Amsterdam [1]

 Conténtate con lo que tienes y eres; sé generoso con ambos, y no tendrás que ir a la caza de la felicidad. —William E. Gladstone (1809–1898)

[1] Conéctate Redescubrir el gozo

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