Claro que se puede

No nos cansemos de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos si no desmayamos. (Gálatas 6:9)

 Si a veces te sientes impotente al ver la situación en que se encuentra el mundo, no te dejes vencer. Dicen que son los grandes imperios, los gobiernos, los ejércitos y las guerras los que producen alteraciones en el curso de la Historia y cambian la faz de la Tierra. De ahí que a veces nos deprimamos y pensemos que no somos nada o que nada podemos hacer. La situación nos parece irremediable y caemos en la desesperanza. Nos da la impresión de que una sola persona nada puede hacer para mejorar las cosas.
 No me digas que es imposible cambiar el mundo. ¿Por qué no intentas cambiar la parte del mundo en que vives, tu mundo, el mundo en el que te desenvuelves: tu familia, tu casa, tus vecinos, tu ciudad? Y puede que te sorprendas al ver lo que sucede.
 Puedes empezar a transformar el mundo hoy mismo. Algunos ya lo han hecho.
 ¿Que no se puede cambiar el mundo? Claro que se puede. Y si perseveras en ello, un día de estos, cuando llegue el momento de tu retribución, Dios te recompensará. Te dirá: «Bien, buen siervo y fiel. Entra en el gozo de tu Señor»
 Empieza hoy mismo. Transforma tu vida, tu hogar, tu ciudad, tu país. ¡Cambia el mundo! —David Brandt Berg [1]

Nunca dudes que un pequeño grupo de ciudadanos considerados y comprometidos puede cambiar el mundo. Verdaderamente, es lo único que lo ha logrado. —Margaret Mead

[1] Áncora Marcar la diferencia

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