Oración

Dedíquense a la oración con una mente alerta y un corazón agradecido. (Colosenses 4:2 NTV)

Ole Hallesby, pastor noruego del siglo XX compara la oración a la actividad minera que conoció en ese país. La demolición para crear pozos de minas requería dos acciones básicas. Escribe que hay largos períodos de tiempo en que «los pozos profundos se perforan con gran esfuerzo entre las duras piedras». Taladrar a fin de hacer los pozos profundos, llegar a los lugares más estratégicos y sacar la masa de roca principal era un trabajo para el que hacía falta paciencia, constancia y mucha pericia. Una vez que los pozos estaban terminados, sin embargo, se colocaba lo que llamaban «el proyectil» unido a una mecha. «Encender la mecha y el proyectil no era solo fácil, sino también muy interesante. […] Se veían resultados, por así decirlo. […] Se escuchaba la explosión y volaban fragmentos en todas direcciones». Llega a la conclusión de que aunque el trabajo más concienzudo requiere pericia, paciencia y fortaleza de carácter, «cualquiera puede encender una mecha».—Anonimo [1]

Ese ejemplo es útil. Nos advierte que no nos limitemos a hacer oraciones que enciendan la mecha, las que pronto se dejan si no tenemos resultados inmediatos. Si creemos en el poder de la oración y en la sabiduría de Dios, tendremos una vida de oración paciente, de las que perforan un pozo. Los creyentes maduros saben que soportar el tedio es parte de lo que hace que las oraciones sean eficaces.—Tim Keller

[1] «La oración es como las explosiones controladas de la mineríaÁncora, Agosto 2, 2016.

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