Hacer felices a los demás
Cuando en mí la angustia iba en aumento, tu consuelo llenaba mi alma de alegría. (Salmos 94:19 NTV)
Dar amor a otra persona aporta su propia satisfacción. No solo se siente la satisfacción de iluminar el día a alguien y aliviar su carga, sino que es entonces cuando la ley de las recompensas divinas entra en juego, así como reza el popular adagio: «Si das, recibirás».
Si has estado buscando a alguien que te haga feliz, tal vez debas buscar a alguien a quien tú puedas hacer feliz, ¡entonces la felicidad te encontrará a ti! Pues todo lo que el hombre sembrare, eso mismo cosechará.
Es una de las leyes de Dios y del mundo espiritual, que son tan definitivas y ciertas como las leyes de la física, como la ley de la gravedad.
Sin embargo, las leyes del espíritu ¡siempre dan resultado! Siempre funcionan, ya sea a tu favor o en contra tuyo, según la manera en que las hayas obedecido, según las obedezcas o no.
Si quieres ser feliz y hacer felices a los demás, busca la satisfacción en el espíritu de Dios.¡Que viva el amor! ¡Dios es amor! —DBB [1]
Das sólo un poco cuando das de tus posesiones. Es cuando te das ti mismo que de veras das. -—Khalil Gibran
[1] DBB Áncora Una vida generosa, 1ª parte