Te doy pruebas de esas bendiciones y recompensas

¡Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo! (Romanos 15:13 RVC)

 La recompensa de la fe.
Yo voy tomando nota de cada cosa que haces por amor a Mí y al prójimo. No hay nada que Yo no advierta. En la medida que des de ti, te volveré a llenar. Nunca podrás dar más de lo que Yo te dé. Bendeciré y recompensaré tus desinteresadas labores. Aunque ahora te doy pruebas de esas bendiciones y recompensas, pequeños símbolos y muestras de lo que recibirás más adelante, no es nada comparado con lo que te aguarda después de esta vida.
 Cuando pienso en ti, el corazón se me llena de alegría, porque veo el amor y el interés que manifiestas por los demás, los cuidados que les prodigas. Quienes dan por amor sin esperar nada a cambio son los verdaderamente grandes en Mi Reino.
 No hay ternura ni interés motivado por el amor que sea en vano. Hasta la más mínima manifestación de amor que se siembre en un corazón necesitado dará fruto algún día. El amor persevera aun cuando no es correspondido, aunque no siempre veas los frutos del amor que das. Algunos son más difíciles de amar que otros, pero Yo lo veo todo, y el amor nunca falla.
 Todo lo que hagas, hazlo con amor, y recogerás las recompensas eternas que he prometido. —Jesús [1]

 La fe es una confianza viva y audaz en la gracia de Dios, tan segura y cierta que un hombre podría jugarse la vida por ella mil veces. —Martín Lutero

[1] Áncora Reposar en la esperanza

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