Los cambios son necesarios
Les daré integridad de corazón y pondré un espíritu nuevo dentro de ellos. Les quitaré su terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y receptivo. (Ezequiel 11:19 NTV)
He escuchado y leído muchos relatos alentadores de personas que resaltan los aspectos positivos que tuvo para ellas la experiencia de abrazar los cambios que vienen con la edad. Pues ahora me toca a mí. Estoy descubriendo los beneficios de aceptar los cambios de buena gana y con actitudes nuevas.
Me di cuenta de que dadas mis condiciones de salud no podía hacer tanto como antes, pero finalmente llegué a entender que para recuperar la salud tenía que hacer unos ajustes en mi estilo de vida.
Comprendí que Jesús tenía muchas cosas que enseñarme si aminoraba la marcha, me cuidaba más y aplicaba nuevas pautas de trabajo.
A Dios le interesa cada aspecto de nuestra vida, y todos están conectados. Hace falta que todos estén en buenas condiciones. Algunos aspectos en los que necesitaba una puesta a punto o al menos unos pequeños reajustes eran la dieta, el ejercicio, el sueño y mis hábitos de trabajo. Además debía esforzarme por minimizar el estrés que había permitido que se acentuara.
Los cambios son necesarios para progresar y a la vez son parte natural y vigorosa de mi vida. Cuando expreso gratitud al Señor por los cambios que ha traído a mi vida, reajusto mi mentalidad para percibirlos como algo bueno que hay que agradecer. —Maria Fontaine [1]
Si no cambiamos, no crecemos. Si no crecemos, no vivimos en realidad. —Gail Sheehy (1936–2020)
[1] Conéctate Sacar tajada a los cambios