Contamos con Su ayuda
Porque yo soy el Señor tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”. (Isaías 41:13 NVI)
Todos tenemos algo que podría estorbarnos y llegar a ser un grave impedimento si permitiéramos que nos hundiera. Lo estupendo del caso es que el Señor nos ha concedido un medio de sobreponernos a ello. Más aún, eso es precisamente lo que espera que hagamos. En vista de que contamos con Su ayuda, las circunstancias no tienen por qué determinar nuestra conducta.
No hay más que recordar la cantidad de personas que a lo largo de la Historia remontaron obstáculos aparentemente insalvables para lograr cosas de gran trascendencia. Tuvieron que esforzarse más por superar esos impedimentos, pero gracias a ello se fortalecieron. En vez de quejarse del trago amargo que les había tocado en suerte, se propusieron endulzarlo. Gracias a esas supuestas desventajas llegaron más lejos de lo que habrían podido si no las hubieran enfrentado.
Beethoven estaba sordo como una tapia cuando compuso algunas de las obras musicales más bellas que se hayan escrito. Edison también estaba sordo cuando inventó el fonógrafo. Renoir pintó algunas de sus mejores obras con los dedos retorcidos por el reumatismo y el pincel atado a la mano. Händel estaba paralítico del lado derecho cuando compuso su obra maestra, el coro Aleluya de El Mesías. […]
A veces Dios se vale de los apuros para que acudamos a Él. También se sirve de las pruebas y dificultades para enseñarnos, entre otras cosas, a ser pacientes, misericordiosos y menos moralistas. Si nunca enfrentáramos contrariedades no tendríamos que buscar fuerzas en Dios. Tampoco experimentaríamos esa emoción que nos embarga al descubrir que Él siempre vendrá a nuestro auxilio y nos sacará adelante. —Maria Fontaine [1]
La vida no siempre es una travesía sin nubes;
tinieblas y tempestades la luz nos ocultan.
Mas el Padre con Su misericordia nos cubre
para traernos gozo en nuestra angustia. —Flora Kirkland
[1] Conéctate Sin lluvia no hay arco iris