La Importancia de las Pequeñas Cosas
Entonces el Señor le preguntó: —¿Qué es lo que tienes en la mano? —Una vara de pastor —contestó Moisés. (Éxodos 4:2 NTV)
Moisés estaba sentado solo, descorazonado, en una semidesértica ladera. Cuidaba de un simple rebaño de ovejas y se preguntaba por qué no estaba rescatando a su pueblo de la esclavitud en Egipto. Se sentía fracasado tras 80 años de vacío y aparentemente se encontraba más lejos que nunca de alcanzar su objetivo.
Moisés, de hecho, le respondió: «Solo una vieja vara de madera, Señor. Solo tengo un viejo cayado de pastor y unos cuantos borregos en el desierto de un país extraño, entre desconocidos. ¿Qué podría hacer yo, Señor? No he conseguido rescatar a Tu pueblo, ¡y ya es demasiado tarde!
Con aquel viejo cayado de pastor en la mano de Moisés y mediante la voz de Aarón, Dios se valió de Moisés como Su instrumento para liberar de Egipto a seis millones de esclavos judíos, para soltar plagas sobre la principal potencia mundial, dividir el Mar Rojo y liberar a los israelitas de la esclavitud a la que los habían sometido los egipcios, y con gran tribulación los llevó a la Tierra Prometida.
¡Jamás menosprecies las pequeñeces ni a los pequeñines, y si a veces te preguntas qué puedes hacer, acuérdate de Moisés.—DBB [1]
No todos podemos hacer grandes cosas, pero podemos hacer cosas pequeñas con gran amor… Sé fiel en las cosas pequeñas, porque en ellas reside tu fuerza.—Madre Teresa
[1] «¿Qué es eso que tienes en tu mano?» Áncora, mayo 12, 2015.